Photos by Gail, Dan, and Steve Ohnsman, Stadium Journey
Stadium Info FANFARE Score: 3.71
Estadio de Roberto Walker Clemente
65 Avenida Infanteria
Carolina, Puerto Rico 00985
Year Opened / Año abierto: 2000 Capacity / Capacidad: 12,500
Estadio Clemente
La frase tan utilizada “El béisbol es vida” sigue siendo cierta en Puerto Rico. El Estadio de Roberto Walker Clemente lleva el nombre del nativo de Carolina, Roberto Clemente, quien se hizo famoso entre todos los fanáticos del béisbol como un gran jugador y, más aún, un gran humanitario.
A finales de la temporada de 1972, se convirtió en el undécimo jugador de la MLB en registrar 3.000 hits. Lamentablemente, el 31 de diciembre de 1972, insistió en volar a Nicaragua para asegurarse de que los suministros en el avión fueran entregados adecuadamente a los sobrevivientes del terremoto de Nicaragua. El avión, muy cargado, despegó de San Juan, falló un motor y se estrelló frente a la costa al intentar regresar al aeropuerto.
El Estadio Clemente fue construido en el año 2000 y está ubicado a 18 millas al este de San Juan y 11 millas al este de SJU (Aeropuerto de San Juan). Las áreas residenciales y comerciales rodean el parque, aunque está ubicado próximo a la autopista 3. Cuenta con un hermoso exterior con una enorme estatua de Clemente en la entrada y un amplio estacionamiento.
Clemente Stadium Entrance, Photo by Steve Ohnsman, Stadium Journey
El huracán María causó grandes daños a Puerto Rico en 2017. FEMA financió $18,400,000 para reparar y renovar el estadio.
El Estadio de Roberto Walker Clemente ha sido un sitio de partidos de la MLB y, si los fanáticos puertorriqueños se salen con la suya, este se convertirá en el hogar de un equipo de expansión en el futuro. Es un estadio de usos múltiples, y sede de los Gigantes de Carolina.
Food & Beverage / Bebida y Alimenticia 3
El estadio ofrece comida tradicional puertorriqueña “criolla”, que incluye múltiples versiones de pollo frito con papas fritas ($12), hot dogs cubiertos con palitos de papa en un combo ($8) y palomitas de maíz ($5). Los productos de Coca-Cola y la agua embotellada cuestan $3. Miller Lite es (lamentablemente) la única cerveza que se ofrece: una por $4 y tres por $9. Las bebidas con licor comienzan en $10; los dobles cuestan $13. Durante la serie de campeonato, las colas eran largas y requerían paciencia. Los camareros deambulan por el estadio para vender bebidas alcohólicas pero no comida. En general, los precios son muy altos para muchos nativos.
Atmosphere / Atmósfera 4
Primero: ¡el ruido! Los partidos de playoffs con un estadio lleno de fanáticos con silbatos, bam bams, bocinas y cencerros crean MUCHO ruido. Si te sientas en el nivel inferior, la configuración del micrófono del locutor PA debe estar configurada al MÁXIMO y, junto con la música grabada, el volumen literalmente duele los oídos. Nuestra solución fue trasladarnos al piso superior, donde la vida era más tranquila; sin embargo, allí no hay baños ni puestos de comida; un ascensor en el lado de la tercera base ayuda a evitar subir las escaleras. El estadio tiene asientos de plástico en todas partes, sin portavasos. Es tiempo de reemplazar los asientos ya que la pintura se ha desgastado de los brazos metálicos.
Las vistas del atardecer en el jardín derecho son magníficas. El marcador muestra información útil sobre los jugadores durante todo el partido. Lo inusual es que el estadio está orientado al sur.
Roberto Clement Stadium Sunset, Photo by Steve Ohnsman, Stadium Journey
Neighborhood / Barrio 3
El Estadio Clemente fue construido en un área abierta al este del Río Grande de Loiza, con edificios comerciales más cercanos y luego áreas residenciales a un cuarto de milla de distancia. Disfrutamos de una cena en Taco Riendo (Mexicano) al sur del estadio, junto con Sorriso Pizzeria, que ofrece pizzas creativas y un bar de servicio completo. Los hoteles/alojamiento son muy limitados alrededor del estadio; la mejor opción son los hoteles cerca del aeropuerto de San Juan.
Estadio Yldefonso Sola Morales está a unos 50 minutos en auto, así que si estás en la isla, visítalo también para ver más "El béisbol es vida."
Fans / Aficionados 5
¡En Puerto Rico abundan los fanáticos apasionados y conocedores del béisbol! Durante la serie de campeonato de liga, la experiencia sube un nivel más. La tradición local es "cuanto más ruido, lo mejor." ¡Incluso las bocinas de aire que funcionan con baterías son disfrutadas y respetadas! Varios fanáticos comen en el estacionamiento antes de los partidos.
Access / Acceso 3
Conducir hasta el área del estadio es bastante fácil, ya que hay dos autopistas principales justo al sur. Entrar al estacionamiento ($4) puede ser un poco arduo: dos o tres carriles. Los mapas muestran una línea de autobús con una parada aproximadamente a ¾ de milla al oeste del estadio. El aeropuerto de San Juan (11 millas) es el aeropuerto más cercano. Cuando hay mucha gente, los pasillos suelen estar abarrotados. La taquilla se encuentra en la planta baja, justo a la derecha de las escaleras. Un pequeño remolque cercano ofrece souvenirs, gorras y camisetas. Los baños son aceptables. Los Gigantes de Carolina no tienen programas a la venta.
Return on Investment / Retorno de la Inversión 4
Puerto Rico tiene una larga historia de honrar a las personas mayores que pueden comprar boletos a mitad de precio, ¡incluso para la serie de campeonato! Recomendamos las entradas generales como mejor valor. Los precios de los alimentos son elevados, según los estándares Puertorriqueños.
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Extras 4
Puerto Rico tiene una larga historia de honrar a las personas mayores que pueden comprar boletos a mitad de precio, ¡incluso para la serie de campeonato! Recomendamos las entradas generales como mejor valor. Los precios de los alimentos son elevados, según los estándares Puertorriqueños.
Final Thoughts / Pensamientos finales
El Estadio Clemente es de lejos el más atractivo de todos los estadios de béisbol puertorriqueños. Después de descubrimos que los asientos del piso superior eran mejores para mis oídos, disfrutamos de los cuatro partidos de la serie de campeonato. Los fans son geniales. ¡Definitivamente vale la pena una visita!
Muchas gracias a Jim Minard por su ayuda con la traducción.
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